4.1.1 El Evangelio de Libertad
Esta seccion, la cual trata primariamente de las doctrinas peculiares de la Iglesia Adventista del 7mo día de la Creación (al menos en términos Adventistas), comienza con una declaración del Evangelio que prácticamente ya no se escucha ni se vive en ningún cuerpo religioso de la tierra.
Esta declaración puede explicarse claramente en un versículo del Nuevo Testamento: “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (1 Juan 3:9)
¿Que hay de peculiar en eso? El pueblo Remanente toma este versículo literalmente como se lee. Aunque otras iglesias estan enseñando eso y dicen,“Si, este versículo presenta el estado ideal pero todos saben que todos nosotros pecamos, o “esto solo significa que no siempre continuaremos en pecado,” o “los Cristianos llegaran a ese estado algún día pero no hoy,” la Iglesia ASD de la Creación enseña que cuando un individuo nace de nuevo, este individuo simplemente cesa (deja) de cometer actos deliberados (concientes) contra la ley de amor de Yahweh, porque su conciencia esta y seguirá fundamentada sobre la Palabra de Dios y Sus promesas.
La palabra “cometer” concluye dos ideas, la primera consiste en que no es un accidente, y la segunda sugiere que el individuo sabe que la acción es mala.
Cuando los creyentes Adventistas del 7mo Dia de la Creación comparten su testimonio a otros diciendo, “Desde que me convertí, no he cometido ningún pecado conocido,” la respuesta típica es, “¿entonces, estas diciendo que eres perfecto?” “Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.” Apoc 7: 15
Legítimamente, la respuesta es, “Si, por fe,” porque se nos ha dicho que esto es precisamente lo que el Cristiano adulto es. “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mat 5:48) “Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos (gr. pensemos)…” (Fil 3:15ª) Este versículo de Filipenses 3 es muy importante para entender los detalles de este concepto, y volveremos a el en un momento. Sin embargo, por ahora, debería verse que la palabra “perfecto” ha sido aplicada a los santos fieles, y también a un numero de individuos antes del primer Advenimiento de Cristo, tales como Noe, (Gen 6:9) Job, (Job 1:1) Asa (2Ch 15:17) y cualquiera que pudo ser usado como un ejemplo honorable. (Salmo 37:37)
Prácticamente, la respuesta requiere de alguna explicación en este mundo ebrio y enfermo por el pecado.
La palabra perfecto en la Biblia connota apropiadamente dos ideas, la primera es que los individuos mencionados en la Biblia no tienen ausencia o carencia moral. En otras palabras, le sirven al Todopoderoso “con corazón perfecto y con ánimo voluntario,” (1 Cron 28:9) al no cometer actos conocidos de injusticia ni ser negligentes con sus deberes o responsabilidades conocidas. Las palabras de la cual este concepto es traducido son tam en Hebreo y teleios en Griego.
La segunda definición significa pureza y perfección absoluta, la cual es el objetivo de la santificación, es decir, el resultado final de nuestro caminar con Cristo. Esta es la palabra tamam en Hebreo y teleioo en Griego. Aunque esta perfección es clamada por fe, no se ve como una realidad presente ya que las instrucciones de los profetas son, “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.” (Isaías 1:16-17)
En otras palabras, lo que usted sepa que es “malo” debe “cesar” de hacerlo….inmediatamente detener estas actividades. Sin embargo, nosotros no conocemos todo sobre la justicia inmediatamente y por esta razón debemos continuar “aprendiendo a hacer el bien.” Por el poder de Cristo en nosotros (Gálatas 2:20) podemos efectuar fielmente aquello que nos ha sido revelado…ayudando a los necesitados, adorando a Yahweh y sirviendo a nuestros prójimos con todo nuestro entendimiento presente, pero hay mas, mucho mas que aprender en esta vida.
Para demostrar el concepto de no tener carencia moral pero aun así necesitar seguir aprendiendo mas cosas, regresemos a Filipenses 3 y leamos el testimonio de Pablo, donde el escribe que el no habla o actúa “como si ya lo hubiera alcanzado, ni que ya sea perfecto [teleioo]; sino que prosigue, por ver si logra asir aquello para lo cual fue también asido por Cristo Jesús”, Pablo continua, “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos [teleios], esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.” (Filp 3:12-16)
Brevemente, lo que Pablo ya conoce como verdad, y justicia, lo cumple “con esa misma regla,” y le permite a Yahweh revelarle cualquier error. Mientras estemos logrando alcanzar la perfección absoluta que les espera a los santos resucitados, nosotros (todos los que somos perfectos) caminamos en la manera que el apóstol describe aquí. Este es el nuevo nacimiento, la nueva creación que un Cristiano debe experimentar, “de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Cor 5:17)
Aquí solo esta unos pocos ejemplos de los textos que subrayan esta idea, y las Escrituras son contundentes con promesas tales como estas:
“Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.” (1 Juan 3:3-6)
“En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar [lo echatah; literalmente: “No pecare”] contra ti […] Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.” (Salmos 119:11,67)
“Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” (Psa 103:12)
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” ( 2 Tim 3:16-17)
“Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: ‘Varones hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy.’ “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo.” (Hechos 23:1, Rom 9:1)
“Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión. En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos. Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.” (Salmos 17:3-5)
“Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. […] De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.”(Juan 8:34-36,51)
“Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.” (Salmo 18:36)
“Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo.” (1 Cor 15:34, Nota: el pecado surge por una falta del verdadero conocimiento de Dios, como también lo dice 1 Juan 3:6)
“Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan; pues no hacen iniquidad los que andan en Sus caminos.”(Salmo 119:2-3)
“El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.” (Sofonías 3:13)
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amen.” (Judas 1:24-25)
He dejado una buena cantidad de otros textos que el estudiante de la Biblia puede encontrar, ya que seria redundante repetirlos una y otra vez, “para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.” (2 Pedro 1:4)
La Palabra declara que “[Yahweh] lo hizo pecado [a Cristo], para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El.” (2 Cor 5:21) El asombroso significado de este versículo es raramente enfatizado. ¿Creemos nosotros que la misión de Cristo fue exitosa en la tierra? ¿Creemos que El ha hecho expiación por nosotros ante el Padre?
Si es así, entonces debemos creer que somos la “justicia de Dios en El.” Nosotros, si nosotros verdaderamente creemos esto, aceptamos como un don de Su gracia el carácter mismo y la presencia del Todopoderoso (es decir, Su Santo Espíritu) en nosotros, (Hechos 13:52) y ¡desde entonces es una imposibilidad practica cometer un mal conocido! Un hombre nunca puede actuar contra su propia naturaleza a menos que esa naturaleza permita de antemano la posibilidad de tales acciones; y la naturaleza de “Cristo en ti, la esperanza de gloria” (Col 2:27) no contiene “oscuridad en absoluto,” (1 Juan 1; 6, ver Juan 14:30) y “ninguna mudanza, ni sombra de variación.” (Sant 1:17) “conforme a vuestra fe”, esta escrito, “os sea hecho”. (Mat 9:29b)