A algunos puede parecerles inusual que el acto de diezmar sea considerado como un “acto de adoracion.” No obstante, la obediencia a los mandamientos del Altisimo es considerado como un acto de adoracion, particularmente (pero no exclusivo) en su aplicación espiritual. La observancia del Sabbat esta descrita como un acto de adoracion. (Isaias 66:23) Una vida libre de codicia es considerada como una de las señales del verdadero Cristiano, (Heb 13:5) y la ministración a los santos fue y es indudablemente considerada como un acto digno de alabanza. (2 Cor 9:1-7, Heb 6:10) A diferencia de la Iglesia Adventista establecida, (por lo menos en este asunto en particular) el movimiento Adventista del 7mo Dia de la Creacion (ASDC) considera la obediencia al Decalogo como un resultado directo de la conversión o el nuevo nacimiento. Por lo tanto, el diezmo, el cual se relaciona directamente con el mandamiento que prohíbe los robos, es considerado como una prueba de membresia.
Las Escrituras indican que es un acto de robo el retener los diezmos y las ofrendas (ambos son mencionados) de la administración de los siervos de Yahweh designados, hayan sido estos los Levitas del sistema Mosaico, (Malq 3:8-12) o sean los “ministros del Nuevo Testamento.” (2 Cor 3:6, 1 Cor 9:14)
Recientemente, un número de ministros independientes y aislacionistas (aquellos que no creen en la necesidad de una Iglesia o un Cuerpo visible ni creen en lugares establecidos de adoracion) han intentado socavar el valor del sistema del diezmo. El argumento que utilizan es que en los días de Malaguias, el diezmo consistía de bienes que crecían de la tierra de cada israelita, y dicen, “Eso no se traduce al sistema monetario de hoy. Y no vemos ningun ejemplo de que dinero haya sido usado como un diezmo.”
Es verdad que no hay ejemplos directos de que dinero haya sido usado como diezmo, pero debe comprenderse que el principio del diezmo es un principio absolute. En otras palabras, el termino empleado para representar los diezmos de esos tiempos, (Deu 14:22) aunque una vez fue aplicado en la practica del diezmo de cultivos y rebaños (Lev 27:32) en la sociedad agrícola de Israel, es un termino general para “ingresos.”
En la sociedad antigua, la riqueza no era calculada por la cantidad de dinero que hubiese en la cuenta bancaria de cada creyente, sino más bien en la cantidad o tamaño de sus rebaños y/o tierra. Cualquier creyente tenia una responsabilidad hacia los ministros del Evangelio en sus días, de sostenerlos y/o asistirlos con un diezmo de sus ingresos, y este principio de responsabilidad directamente se traduce en el Nuevo Convenio a cualquier forma o manera en que “la riqueza o los ingresos” de un individuo fuesen calculados en su época.
El Mesias enseño que el acto de diezmar era un aspecto continuo de la religion de Yahweh, diciendole a los Fariseos, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y omitís lo más importante de la ley; la justicia, y la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro.
El Mesias no estaba diciendole a los Fariseos que solamente diezmaban sus hierbas, sino que diezmaban hasta el punto de incluir la mas minima hoja y semilla; y por esto El los elogio, pero al mismo tiempo, mientras les decía que debían continuar con esta practica, ellos no deberían ignorar o menospreciar los principios que respaldaban la religión que habían heredado de sus padres: justicia, misericordia y fe.
Al enfocarse en los santos del Nuevo Testamento, algunos han dicho, “¿Porque no hay una clara mención del diezmo entre los miembros de la Iglesia Cristiana primitiva?” Existe una razón específica para esto. Las Epistolas fueron generalmente escritas con el fin de dar instrucciones adicionales a los creyentes en cuanto a doctrinas, o para corregir problemas que se originaban entre las congregaciones. Era evidente del libro de Hechos de los Apostoles que la generosidad para dar a la obra, los obreros, y a sus hermanos en la fe que estaban en necesidad nunca fue un problema.
Leemos, “Y todos los que habían creído estaban juntos; y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos, según cada uno tenía necesidad.” (Hechos 2:44, 45) “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.” (Hechos 4:32)
Que conste que esta mutua benevolencia no había eleminado el principio Biblico de la propiedad privada, (Acts 5:4) sino que mas bien reflejaba el espíritu perfecto de caridad (amor) y de cuidado mutuo entre los creyentes.En aquellos días, los conversos vendían sus propiedades extras para el beneficio de sus hermanos(as); en el dia de hoy, aquellos que no han experimentado plenamente el despertar de la justicia se lamentan por dar el 10% y un poco de ofrendas.
Aquellos que se oponen al principio del Nuevo Testamento de diezmar sus ingresos recurren al ejemplo de Pablo y dicen, “Pablo trabajo para su sostenimiento al hacer tiendas. Los ministros deberían hacer todos lo mismo.” (Hechos 18:1-3) Hay un par de errores en este razonamiento. Primero que todo, Pablo tenía un llamado especial de viajar para ir estableciendo nuevas congregaciones. El era un viajero, y por lo tanto hubiera sido muy difícil para cualquier grupo o conjunto de grupos sostenerlo mientras se moviese y viajase.En las congregaciones que Pablo formaba, el designaba a ministros para que permaneciesen allí como guias estables a los residentes de esa ciudad. (Titus 1:5)
Segundo, Pablo enseño claramente que aquellos que estában designados para que estuviesen a cargo de un grupo especifico de gente, deberían ser asistidos y sostenidos por la obra que este ministro estuviese haciendo en ese grupo. El escribe, “¿No sabéis que los que ministran en las cosas santas, comen del templo;
y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor que los que predican el evangelio, vivan del evangelio. (1 Cor 9:13, 14)
La frase “así también” es importante. Pablo primero señala a los Levitas y sacerdotes que ministraban en el Templo y el Altar, quienes eran sostenidos por el diezmo de los israelitas. Despues, Pablo, inmediatamente torna su atención a la Iglesia del Nuevo Convenio y dice, “así también,”o “de la misma manera,” los ministros del Evangelio deberían vivir de sus enseñanzas y predicaciones.
Este claro e inequívoco pasaje bíblico elimina completamente cualquier idea que sugiera “que el diezmo fue descontinuado en la Iglesia Cristiana”…porque si los ministros debían seguir siendo “sostenidos” o “debían seguir viviendo del Evangelio” en cada época en la que existiese la Iglesia, es un error concluir que el diezmo fue descontinuado en este tiempo presente debido a que la cultura actual ya no esta mas basada en la agricultura, sino en papel moneda. Esta conclusión no es valida. Mientras haya “ministros”, este paralelismo de los sacerdotes Leviticos sigue siendo valido. Es Cristo quien recibe este apoyo, como el Autor del Libro de
Hebreos señala, (Heb 7:8) pero los diezmos siguen siendo ofrecidos, y recibidos en la eterna heredad del Reino venidero.
Y para terminar, la experiencia de Pablo fue un caso aislado. Leemos que los apostoles designaron a diaconos para que administraran las finanzas de la Iglesia para que no tuviesen que preocuparse o relacionarse con dinero en absoluto, “Y
nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.” (Hechos 6:4)
A diferencia de Pablo, la mayoria de los apostoles permanecian en Jerusalen para supervisar la obra central, y aquellos ministros que particularmente eran estables debían ser sostenidos obviamente por aquellos que recibían su ministración. Pablo escribio que el tenia el derecho divino de tomar parte del diezmo, cuando pregunto, “Si nosotros sembramos en vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si cosechamos de vosotros lo material?” (1 Cor 9:11)
Aunque Pablo tenia otros medios de sosten, al recibir patrocinio de las varias Iglesias que el habia formado, (como la congregacion Filipense – Filp 4:10) aquellos que eran designados para estar a cargo de una sola congregacion no tenían tales opciones, que Pablo tenia.
El Nuevo Testamento claramente enseña que el sistema que Yahweh había establecido para sostener a los ministros del Templo y del Altar debia seguir vigente y aplicarse en las Iglesias Cristianas. De hecho, debería aplicarse fervientemente, al verse la necesidad de los ministros elegidos para hacer mucho trabajo con pocos recursos y en poco tiempo.
En ultima instancia, ya que la observancia a “los mandamientos de Dios” es una de las características peculiares de los miembros del pueblo Remanente, (Apoc 14:12) y al desdeñarse el diezmo, al no depositarse en el “alfolí”– del cual los ministros del Evangelio necesitan tomar de allí para su sosten, es considerado un robo, (Malq 3:8) y por lo tanto, una violación de un mandamiento, (Exodo 20:15) el diezmo es ciertamente una medida y/o prueba valida de amor y del espíritu de servicio requerido de los miembros del Cuerpo del Mesias.