EL SENDERO DE ELIAS: 4.1.2 –Objeciones Contestadas al Mensaje de Victoria sobre el Pecado

Naturalmente, Satanás no permitirá que un mensaje como este sea popular y conocido sin antes tratar de obstaculizarlo con sus fervientes y perseverantes esfuerzos para corromper y/o alterar el Evangelio de Cristo…y en estos días el típico cristiano no se distingue de los mundanos. No existe ninguna línea divisoria entre lo sagrado y lo profano, una línea cuyos los sacerdotes del Nuevo Convenio están supuestos a demarcar y ejemplificar (Lev 10:10, 1 Ped 2:9), y la razón es porque pocos deciden creer en la posibilidad de vivir una vida libre de pecados conocidos, verdaderamente libres de las obras de Satanás que Cristo vino a destruir. (1 Juan 3:8)

 

 

Aquí tenemos unas cuantas objeciones (de las más comunes) que la mente carnal inspirada por Satanás, ya que Yahweh nunca causaría dudas en Su propia Palabra y promesas, expresa en cuanto al “testimonio de Jesucristo” (Apoc 12:17) en Su pueblo:

 

 

1) ¿Cómo pueden decir ustedes que aquellos que nacen de nuevo “no cometen pecado,” cuando las Escrituras registran que algunos cayeron? Además, ¿no nos quitaría esto el libre albedrío si somos forzados a ser obedientes?

 

 

Ambas objeciones, las cuales son similares, pueden resolverse si comprendemos la diferencia existente entre la teoría y la práctica. Por ejemplo, ¿cuándo Cristo tomo de nuestra naturaleza humana caída, existía la posibilidad de que pecara? Si, obviamente en teoría era posibley Satanás lo tentó precisamente con la intensión de que cediera a sus tentaciones, y no se hubiera experimentado una lucha interna, como ocurrió en el Getsemaní, sino hubiera existido la posibilidad de sucumbir ante el miedo y la ansiedad. (Marcos 14:32, Lucas 22:44) 

 

Las luchas que el Mesías soporto como un ser humano no fueron vividas para darnos una actuación o un show, como creen los Gnósticos. Había un poder genuino en “semejanza de carne pecadora” [es decir, una naturaleza con inclinaciones a pecar] (Rom 8:3) que Yahshua tenía que vencer. Al contemplar Su ejemplo podemos vencer de la misma manera como El lo hizo, y llegar a ser participantes de Su naturaleza divina o legado. (Apoc 3:21) Sin embargo, en la práctica, el Mesías desde su nacimiento tenía la naturaleza del “nuevo nacimiento”, y como resultado de esto no había manchas ni iniquidad en Su carácter, no había maneras realistas en que cometiera transgresiones o fuera rebelde contra Su Padre. (Juan 8:29)

 

 

Las Escrituras nos dicen que “en esto es perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como Él es, así somos nosotros en este mundo.” (1 Juan 4:17) En otras palabras, aquellos que nacen de nuevo tienen exactamente la misma experiencia en nuestra generación, siendo tentados (grandemente a veces) y orando por fortaleza para vender, porque Satanás sabe que es teóricamente posible triunfar sobre aquellas vidas individuales. Sin embargo, al aferramos a la fe de Yahshua y sabiendo que como “participantes de la naturaleza divina, hemos huido de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia,” (2 Pedro 1:4) no es posible que prácticamente pequemos. (Gk. hamartia, “perder la meta o el objetivo”)

 

Aquellos, cuyas caídas fueron registradas en las Escrituras, cayeron en primer lugar debido a que primero abandonaron la fe. Estos individuos no cayeron en un pecado para después rechazar sus creencias…ellos primero dejaron de creer en la verdad de ser participantes de la naturaleza divina de Cristo (el Mesías), y después fueron conquistados con cualquier tentación que les sobrevino. Esta no es la experiencia de aquellos que caminan fielmente y consistentemente en novedad de vida; (Rom 6:4) y como el apóstol escribió, “de cosas mejores estamos persuadidos […] aunque hablamos así.” (Heb 6:9)

 

Nuestra libertad se manifiesta en nuestra habilidad (por el don de la gracia) para escoger a quien serviremos. (Jos 24:15, Mat 6:24) Siempre y cuando esa elección sea firme y mantenida, no habrá una posibilidad práctica de caer en pecado. No somos forzados a ser obedientes sino que continuamente elegimos (en cada momento) ser obedientes debido a que el Espíritu de Elojim mora en nosotros para siempre – no por un tiempo, ni periódicamente. Aquí es dondearmonizan la libertad y la gracia perfectamente; nosotros elegimos servir al Todopoderoso, y esa elección hecha por fe nos preserva por el poder del Hijo, quien derramo Su propia vida sobre toda carne como un sacrificio expiatorio por el pecado. 

 

 

 

2) Las Escrituras nos dicen que “si confesamos nuestros pecados, [Yahshua] es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) ¿No nos dice esto indiscutiblemente que tendremos pecados que confesar?

 

De hecho, el versículo anterior nos dice, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” Más adelante, Juan parece dejar la posibilidad abierta al decirnos, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

 

 

Aquí vemos que la distinción consiste entre los pecados deliberados y errores de juicio.

 

Las Escrituras revelan una clara diferencia entre ambos, en un lugar diciendo, “Y si una persona pecare por yerro, ofrecerá una cabra de un año por expiación. Mas la persona que hiciere algo con altivez (o soberbia), así el natural como el extranjero, a Yahweh injurió; y tal persona será cortada de en medio de su pueblo.” (Num 15:27, 30)

 

David escribió, “Detén asimismo a tu siervo de pecados de presunción; que no se enseñoreen de mí: Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran transgresión.”(Salmo19:36)

 

 

Pecados presuntuosos o cometidos a conciencia conllevan invariablemente a la separacion y muerte. Pecados cometidos en ignorancia, sin un conocimiento claro de su naturaleza, pueden ser expiados en ambos convenios, el Antiguo y el Nuevo. 

 

El Juan el apostol clarifica, en su carta, la distinción entre aquellos pecados que “no son de muerte,” y aquellos que si lo son. (1 Juan5:16) En lenguaje sencillo, las Escrituras nos revelan que “la paga del pecado es muerte” y no hace distinción sobre ninguna “clase” de pecados, por lo tanto, la diferencia radica en la persona que comete las transgresiones pecaminosas y no en el acto en sí. Esa es la única otra opción – o hay pecados que no son merecedores de muerte (una idea que las Escrituras no enseñan en ningún lugar) o algunos pecados no son “imputados” o contados contra nosotros.

 

 

Las Escrituras si enseñan esta idea, leamos, “Bienaventurado el hombre a quien Yahweh no imputa iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño.” (Salmo 32:2, Rom 4:8) Si no hay “engaño” en el espíritu no hay rebelión, por lo tanto, los actos que sean cometidos, aunque sean errores, no serán contados o imputados contra el individuo para condenación. 

 

Ahora bien, esto no significa que no habrá consecuencias (naturales) por estos errores. Si un hombre ignorantemente o inocentemente sobrepasa el límite de velocidad tendrá que pagar la multa correspondiente. Aquí radica la diferencia entre la reprensión (o corrección) y la ira de Yahweh. 

 

El Todopoderoso nos puede conducir frecuentemente a ciertas circunstancias para que tengamos la oportunidad de refinar nuestra fe, y no cometamos los mismos errores y caminemos en absoluta pureza. (1 Pedro 1:7, Heb 12:6) “Mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo (1 Cor 11:32) No somos el objetivo de Su ira, la cual “vendrá sobre los hijos desobediencia,” (Col 3:6) que no “pueden dejar de pecar;…seducen a las almas inestables, tienen un corazón ejercitado en la codicia; son hijos de maldición.” (2 Ped 2:14) Aquellos que dicen, “No podemos dejar de pecar” deberían leer lo que las Escrituras dicen sobre ellos…y luego necesitan aceptar la promesa de que “con Dios todas las cosas son posibles.” (Marcos 10:27) a menos que sean indiferentes a la ira de Yahweh. 

 

Para responder directamente a la segunda objeción, si decimos que “no tenemos pecado” en que no tenemos nada más por aprender, ciertamente rechazamos las reprensiones de Yahweh, y no seremos idóneos para ese nuevo Cielo y nueva Tierra. Pero si apreciamos la diferencia existente entre los pecados voluntarios (consientes) e involuntarios (o en ignorancia) y confesamos tales pecados cuando Yahweh nos lo revela, entonces Yahweh nos “limpiara” de ellos, y si hemos sido purificados no volveremos al pantano del cual fuimos lavados. Esta es la verdadera experiencia para la cual nuestro Padre y Creador nos ha preparado. (2 Pedro 2:22)

 

Finalmente, el apóstol Juan no nos dice en 1 Juan 2:1, “Les estoy escribiendo para que no pequéis, pero si pecáis, tenéis un Abogado [Cristo] para con el Padre.” Juan emplea una conjunción que no contradice ni debilita sus declaraciones anteriores, sino que más bien fortalece su mensaje cuando emplea el termino kai (traducido “and” (“y”) en la versión King James). Además, el término que Juan escribe para “pecado” está directamente relacionado con el tiempo indicado en ese versículo, “Por cuanto todos han pecado [tiempo pasado perfecto], están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23) Lo que 1 Juan 2:1 dice es, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.”

 

Juan, al hablar de aquellos que habían sido influenciados por la religión Gnóstica, no estaba tratando de señalar una situación ideal, sino que estaba tratando de ganar o recuperar a la fe verdadera a aquellos que habían sido tentados con errores espiritualistas. Si cualquier hombre ha pecado, no debe desesperar; debe confiar en el sacrificio expiatorio del Mesías y luego, después, puede experimentar esa vida en la cual ha “dejado de pecar” como hizo su Maestro antes de él. ( 1 Pedro 4:1)

 

 

3) ¿Que hay con respecto a Romanos 7? ¿No dice Pablo que él no puede dejar de pecar, aun cuando lo desea en su espíritu? Le leemos decir, “Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado. Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago. Porque yo sé que en mí (esto es en mi carne) no mora cosa buena alguna; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago.” (Rom 7:14-15,18-19) Pablo después se autodenomina como el “primero” de los pecadores. (1 Tim 1:15)

 

 

Esta es una de las objeciones más comunes que escuchamos, y es debido a un pobre entendimiento de Romanos 7. El problema es que este capítulo es sacado de su contexto correspondiente, de entre los “capítulos” 6 y 8 (¡recuerden que Pablo no escribió sus epístolas en capítulos!) y es leído como una declaración independiente de fe. Para tratar brevemente pero detalladamente con este asunto, simplemente diríamos, “Lean a Romanos desde el capitulo 6 hasta el capitulo 8 para que entiendan la esencia del mensaje en el Capitulo 7.” Solo así se aclarara el asunto. Una breve sinopsis, la cual debe ser confirmada por una lectura personal, sigue a continuación:

 

En Romanos 6 Pablo comienza diciendo, “¡En ninguna manera! Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? El explica luego el porqué de ese estado (de conversión): “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, libre es del pecado. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera!” (Rom 6:6-7,15)

 

Cerca del final del capítulo 6, Pablo comienza a establecer un contraste entre el pasado y el presentey esta es la clave para entender lo siguiente. El escribe, “Mas a Dios gracias, que aunque fuisteis esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo humanamente, por causa de la debilidad de vuestra carne; que así como presentasteis vuestros miembros como siervos a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora presentéis vuestros miembros como siervos a la justicia y a la santidad. Porque cuando erais esclavos del pecado, libres erais de la justicia.”(verso 17-20)

 

Dos ideas sobresalen aquí: Primero, aquellos que fueron convertidos una vez sirvieron al pecado, incapaces obrar obras de justicia. Segundo, que la debilidad radica en la “carne,” el concepto teológico del “cuerpo” con sus necesidades y deseos que frecuentemente son contrarios a objetivos espirituales y a elevados razonamientos.(Gal 5:16, Rom 12:1)

 

Romanos 7 existe principalmente para expandir o prundizar sobre este punto, y no para señalar el estado espiritual presente de Pablo. Al principio del séptimo capítulo, Pablo restablece la cronología que había establecido en pasajes anteriores. El escribe, Así también vosotros mis hermanos, habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque cuando estábamos en la carne, la influencia del pecado, que era por la ley, obraba en nuestros miembros llevando fruto para muerte; pero ahora somos libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en lo antiguo de la letra.” (Rom 7:4-6)

 

 

En el próximo versículo comienza una sección en la cual resalta lo que acaba de decir. Pablo señala que los mandamientos, que son “santos, justos y buenos,” son los que lo convencieron de su estado pecaminoso. (versos 12-13) Es después de esto que el comienza a decir, “Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado. Pues lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero; sino lo que aborrezco, eso hago.Note que esta declaración no se comprenderá correctamente a menos que el lector se dé cuenta que Pablo estaba hablando sobre cuando estaba bajo la ley (gobierno del pecado) y cuando se había convencido de pecado, sintiéndose culpable, antes de su nuevo nacimiento.

 

“Pero,” algunos dicen, “Pablo está claramente hablando en tiempo presente. ¿Porque piensan ustedes que está hablando del pasado?” Hay dos razones. La primera, Pablo ya había establecido de antemano una comparación de tiempos en los versículos 4-6, y simplemente estaba siendo consistente. La segunda, los tiempos en la narrativa de los pasajes Bíblicos no son inmediatamente aparentes, y frecuentemente deben derivarse del contexto. Los escritores del Nuevo Testamento emplean varias veces tiempos futuros para referirse al pasado, en el caso de que ya hayan establecido de antemano el tiempo en la narrativa. Por ejemplo, leemos, “Porque [los Israelitas] no podían soportar lo que se mandaba: Si aun una bestia tocare al monte [Sinai], será apedreada [tiempo futuro], o pasada con dardo.” (Heb 12:20)

 

Hebreos 12 no da problemas a los lectores porque ellos ya saben que el autor está hablando del Éxodo; el contexto clarifica el tiempo de la narrativa. Igualmente, en Romanos 7, si las declaraciones de Pablo sobre el pasado vs la experiencia cristiana presente fuesen entendidas, entonces los pasajes en los que Pablo aparece describiendo su experiencia actual estarían en su contexto correspondiente. Solo aquellos que ignoran ambos escenarios (capitulo 6 y los primeros versículos del capítulo 7) y todo el texto (la última parte del capítulo 7 y todo el capitulo 8) “tropiezan” con los pasajes “problemáticos”. El mismo principio se aplica al pasaje donde Pablo se autodenomina en su carta a Timoteo como el “primero de los pecadores,” en base a sus acciones pasadas y no en base a su experiencia actual. (1Tim 1:12, 13)

 

 

Ya casi al final del capítulo en cuestión, Pablo escribe, “¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? (Rom 7:24) ¿Estaba Pablo clamando por Salvación en su experiencia presente? Cualquiera que haya leído sus epístolas debería saber que Pablo se ha estado regocijando de antemano por la carrera que ha corrido, (2 Tim 4:7) y ha estado invitando a otros a hacer lo mismo. (Filp 4:4) Mas adelante, Pablo enseñaba (después de su conversión) que tenia al mismísimo Hijo de Dios viviendo en el, (Galt 2:20) en directa oposición a su declaración en Romanos 7 de que “ninguna buena cosa” moraba en el (verso 18).

 

 

La única manera en que esto puede entenderse con honestidad intelectual es reconocer que aquí está obrando un elemento de tiempo. La única manera de rechazar esto seria a) creer que existe una contradicción en las Escrituras, b) creer que Pablo cambio de parecer más adelante, o c) aceptar la perspectiva espiritualista (Gnóstica) de que una vez que seamos salvos nuestros cuerpos pueden continuar pecando mientras que nuestros espíritus siguen siendo preservados en pureza absoluta. Nota: Esta última enseñanza es particularmente peligrosa para la santificación, y es rechazada directamente por los autores inspirados de la Biblia, que declaran que el ser entero (cuerpo, alma y espíritu) debe ser santificado, y que todo el ser es preservado por el espíritu y por la gracia del Salvador para vida eterna. (1 Tes 5:23)

 

 

No, Pablo no está diciendo en su presente, “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” El está registrando lo que había dicho cuando descubrió que por la Ley era merecedor de muerte.” (Rom 7:11) De hecho, Pablo inmediatamente contesto su propia pregunta justo antes de regresar a la narrativa del presente. “Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios; mas con la carne a la ley del pecado. (Verso 25)

 

 

Debemos tener bien claro que la “carne” continua sujeta a las tentaciones de la ley del pecado. Aun seguimos siendo “tentables,” como se ha mencionado anteriormente, y por lo tanto necesitamos caminar consistentemente en el Espiritu para poder conservar una vida pura. (Rom 8:13) En el presente, después de la conversión, seguimos morando en carne pecaminosa (con tendencias a pecar) pero ahora el espíritu es diference y santificado; y Pablo registra en el siguiente versículo, (el cual desafortunadamente es fragmentado por otro capitulo) lo siguiente, “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”(Rom 8:1)

Romanos 8:1 provee aun mas evidencia en que los pasajes anteriores estan hablando de la experiencia pasada de Pablo, porque el termino usado para “ahora” no es una palabra que simplemente enfatiza. Esa palabra, literalmente, significa, “en este tiempo presente.” Thayer’s Lexicon registra de este termino: “que es o es efectuado en el tiempo presente en oposición al tiempo pasado.”

 

Pablo resume su argumento en el resto del capitulo 8, señalando que aunque aun sigamos morando en carne pecaminosa, aquellos que están en Yahshua eligen siempre caminar en el Espiritu, “para que la justicia de la ley se cumpla en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (verso 4) De hecho, desde el punto de vista de la conversion espiritual, Pablo llega hasta el punto de negar el poder de la carne en absoluto, recordándole a sus lectores, “Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él“. (Rom 8:9) Si alguien dice, “Todos nosotros pecamos debido a nuestra carne pecaminosa,”Romanos 8:9 es el antídoto y respuesta para tal condición.

 

 

 

4) Si podemos dejar de pecar, ¿Qué propósito tiene Cristo, cuando leemos que El “vive para interceder por” Su pueblo”? (Heb 7:25)

 

 

Esta objection puede responderse brevemente, pero es una de las muchas y mas tragicas objeciones que se han expresado. Aquellos que hacen tal declaración tienen un concepto extremadamente pobre del infinito amor del Padre, expresado en la vida, muerte, resurrección y subsecuente ministerio de Yahshua, el Mesias. Aquellas personas dicen esto porque creen que Cristo al hacer continúa intercession por Su pueblo, esta simplemente parchando nuestras heridas espirituales para después ponernos nuevamente en un campo de juego entre los peligros de este mundo. Seria como una madre cuyo niño esta jugando en un cuarto lleno de objetos punzantes y cortantes. En cada ocacion en que el niño (inevitablemente) se corta, la madre corre a ponerle una bandita en la mas reciente laceración, le da un beso y una mirada de seguridad al niño…y lo ubica nuevamente en la misma situación peligrosa y mortal en la que fue tomado. Lo mas suave que podemos decir de aquellos padres como ella es que son “negligentes.”

 

 

Un termino mas exactor seria “impío o iniquo;” porque aunque existe una expresión aparente o externa de afeccion, como el beso y el inmediato tratamiento a las heridas recientes, el verdadero amor nunca consentiría en regresar al niño hacia tales trampas mortales y crueles. Y aunque tal escenario es seguramente ofensivo y molesto para cualquier lector, y particularmente para cualquier padre que ama a sus hijos, estas personas felizmente le confieren las mismas acciones a Aquel que es “infinito en amor,” como si El fuese algúna clase de padre amable pero inseguro y ausente, el cual es desatento o despreocupado en obrar mejor que un padre humano, y el cual esculpado con acusaciones de los mas atroces abusos. El amor del Padre es mayor, y no menor, que el amor de cualquier madre terrenal; “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.” (Isa 49:15)

 

En ningún lugar leemos que la obra ministradora de Yahshua en el Cielo consista en hacer que el Padre Celestial nos recoja “en cualquier momento que caigamos.” Más bien leemos sobre el verdadero amor, “Y Aquél que es poderoso para guardaros sin caída, os presenta sin mancha delante de su gloria con gran alegría…” (Judas 1:24) Este es el único pasaje en la toda la Biblia que emplea ambas palabras, “guardar” y “caída”, en la misma declaracion…y cualquier idea que insinue que una experiencia de pecado continuo ocurre en la vida de un creyente genuino es un rechazo patente. Solamente atravez de Cristo, y solo Cristo, que una vida sin pecado (conocido) puede vivirse. Aquellos que viven la vida de victoria, en lugar de recurrir frecuentemente al sacrificio, la misericordia y la gracia del Mesias, son los únicos que realmente están caminando responsablemente por si mismos. Ellos viven, minuto a minuto, dia a dia, solamente por este poder majestuoso concebido a ellos por el nuevo nacimiento. (Juan 3:3, 1 Pedro 1:23)

 

Aquellos que son justos en algunas ocaciones y pecadores en otras (ya sea por un esfuerzo de la voluntad, o por temores al castigo) nunca se han asentado y afirmado sobre el Sacrificio; Sin embargo, estos son los que arrasan a los santos con acusaciones falsas “de que ellos son los que han rechazado el poder de la Sangre”; esta es la condición Babilonica que existe en el Cristianismo de los últimos días, días malos.

 

 

5) En relación a la explicación anterior, ya que la Escrituras nos enseñan que el Todopoderoso nos guardara de toda caída, ¿Porque dice en Proverbios “porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; mas los iniquos caerán en el mal.” (Prov 24:16)? Aun los profetas parecen arrepentirse de pecados personales, como leemos a continuación, “No te alegres de mí, oh enemiga mía, porque aunque caiga, me volveré a levantar; aunque more en tinieblas, Yahweh será mi luz.” (Miqueas 7:8)

 

 

Dos cosas suceden aqui. Primero, en Proverbios, el autor no esta refiriendose a caidas morales en pecado. El termino “mal” aqui es empleado para contrastar con las viviencias que los justos experimentan, connota “aflicción, miseria, calamidad.” Este termino se utiliza principalmente para describir situaciones o viviencias poco placenteras, y no se usa tanto para referirse a un mal o maldad moral.

 

Las Escrituras no están diciendo aquí que los iniquos caen en iniquidad; esto es redundante porque el hombre ya esta siendo descrito como “iniquo” (wicked). Mas bien esta diciendo que las tribulaciones que le sobrevienen a aquellos que son obedientes a Yahweh serán solo temporales, mientras que las tribulaciones que le sobrevienen a los mundanos y a los rebeldes duraran mas tiempo y producirán resultados permanentes.

 

 

Segundo, en Miqueas, el mismo principio se aplica pero también hay otro factor involucrado; el profeta no esta hablando de un individuo sino de una nación o de una ciudad. El pronombre usado aquí es femenino, por lo tanto el profeta no esta hablando de si mismo; el parece estar cumpliendo un rol similar al de Obadias, cuando le advirtió a Edom de no gozarse por los desastres que le habían sobrevenido a Israel.

 

 

Miqueas, al adoptar el rol de Zion, expresa arrepentimiento hacia el Todopoderoso por las transgreciones de su (femenino [Zion]) pueblo, y expresa con fe que ella será restaurada en un lugar prospero.

 

Algunso creen que pasajes semejantes al pasaje de Proverbios y en los libros de los profetas se aplican a las desgracias y no al pecado moral, sin embargo dicen, “Aun asi, hay una aplicación secundaria a los individuos.”

 

Frecuentemente hay paralelismos entre naciones e individuos, y los principios generales encuentran varias aplicaciones. Sin embargo, en este pasaje de Miqueas es peligroso aplicar los principios que han sido intencionalmente dado a una nación al nivel individual, sin que se tome un gran cuidado.

Por ejemplo, como hemos visto anteriormente, la idea erronea de una predestinación absoluta surge en parte por las declaraciones que Pablo expresa en la Epistola a los Romanos sobre Jacob y Esau (representando estos a sus respectivas naciones) las cuales son aplicadas incorrectamente al nivel individual. Si las Escrituras presenta una doctrina (enseñanza) que niega alguna aplicación, la declaración doctrinal debe tomar presedentey ya hemos visto un buen numero de psajes que enseñan una patente y clara victoria sobre todo pecado conocido, lo cual hace que la aplicación de este principio en un nivel individual sea un grave error.

 

 

6) Pedro estuvo con Cristo por 3.5 años y aun asi lo negó durante Su juicio ante Pilato, etc. (Juan 18:27) ¿Se espera de nosotros que obremos mejor?

 

 

Si, absolutamente. De hecho, de Pedro se esperaba que actuara mejor que los santos del Antiguo Testamento. (Heb 11:40) y nosotros que hemos tenido el beneficio y la bendición del Nuevo Testamento se espera de nosotros que obremos mejor que los santos del Nuevo Testamento, porque “la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. (Prov 4:18) 

 

Los Adventistas señalan que la ultima generación sera tomada responsable por la luz que ha sido revelada a los Cristianos de las épocas anteriores, al irnos acercamos al tiempo de tribulación, “para que la prueba de nuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego sea hallada en alabanza, gloria y honra, en la manifestación de Jesucristo.” (1 Pedro 1:7)

 

 

Los creyentes Adventistas del 7mo Dia de la Creacion incluso llegarían más lejos al restaurar los principios y enseñanzas esenciales que los Adventistas en general (nominales e independientes) han repudiado. A saber, los 144,000 deben “seguir al Cordero por dondequiera que El va,” (Apoc 14:4) no solamente aprendiendo de los errores del apsado, sino aprendiendo las nuevas lecciones que el Todopoderoso nos envía.

 

 

Muchos Adventistas han tomado la luz que se les ha proveido, por ejemplo,  los escritos de Elena de White y han encadenado o constreñido esta luz en lugar de liberarla. De hecho, uno de los argumentos mas comunes de los Adventistas, que continúan buscando nueva luz, que escuchamos es, “Elena de White no lo vio de esa manera.”  Profundizaremos en una seccion posterior sobre como emplear apropiadamente las Escrituras y los escritos de Elena de White; pero tal objeción, “Elena de White no lo vio asi“, debería inmediatamente producir un sensacion desagradable a cualquier verdadero estudiante de la Biblia.

 

Al referirnos a Pedro especificamente, deberia notarse que el estar “con” Cristo en un activo ministerio no es lo mismo que estar completamente convertido. De hecho, las Escrituras registran un pasaje que muchos aparentemente han perdido de vista. Antes del juicio y crucificcion del Mesias, encontramos el siguiente dialogo con Pedro:

 

 

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; mas yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

 

 

Y él le dijo: Señor, presto estoy a ir contigo a la cárcel, y aun a la muerte.

 

Y Él dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú hayas negado tres veces que me conoces.” (Lucas 22:31-34)

 

 

Pedro aun no estaba convertido en el sentido más pleno, y Cristo proveyó evidencia de esta verdad al predecir sobre la negación. Pedro estaba seguro que el estaba listo para las problemas futuros, pero el confio y dependió del “yo” en lugar del Salvador, como cuando comenzó a hundirse en un incidente anterior que todos conocemos. (Mat 14:30) La experiencia de Pedro es típica de los muchos cristianos modernos de hoy en dia. Ellos habían y han estado “siguiendo” al Maestro en un sentido externo; ellos conocen las oraciones, los ritos y rituales, ellos habían sido guiados por el Espiritu Santo en muchas cosas, aun hasta para confesar al Hijo como Maestro. (Mat 16:16, 17) pero amenos que el Espiritu este en ellos, (Ezequiel 26:27) sea el centro de sus vidas, estas personas aun no han sido “selladas” en la fe, (2 Cor 1:22) y no están preparadas para enfrentar las grandes tinieblas ni para recibir la gran luz.

 

 

Pedro no recibió esta experiencia sino hasta Pentecostes, (Hechos 2:4) para el cual se preparo por medio de un arrepentimiento genuino y constrito. (Mat 26:75) Y eso que aun después, Pedro continuo cometiendo errores de juicio los cuales requieron de una abierta y directa reprensión de Pablo, (Gal 2:11-14) la cual Pedro acepto humildemente (2 Pedro 3:15), creciendo en gracia y en conocimiento. (2 Pedro 1:9-10)

 

 

7) David peco, (2 Samuel 11) y aun asi Dios se refirió a el como “un varón conforme al corazón de Dios.” (Hechos 13:22) ¿Se espera de nosotros que seamos major que el?

 

 

Si, absolutamente. Como se ha citado anteriormente, “Y todos éstos [santos del antiguo testamento], aunque obtuvieron buen testimonio mediante la fe, no recibieron la promesa; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados sin nosotros.” (Hebreos 11:39-40) Aunque aquellos que vivieron y murieron antes del primer advenimiento del Mesias fueron salvos por la fe y por su esperanza, a ellos no se les enseño agresivamente el mensaje de Yahweh, con respecto a cada aspecto relacionado con la vida futura.

 

 

Por ejemplo, muchas cosas fueron permitidas en los tiempos antiguos que los Cristianos, que tienen el ejemplo de Cristo y las enseñanzas de los Apostoles, se esperaba que evitasen. La poligamia, la concesión de bebidas intoxicantes (para aquellos que no eran ni sacerdotes ni reyes) y asi sucesivamente no fueron condenadas bajo el Antiguo Convenio. Sin embargo, ahora como sacerdotes y reyes de la ministracion del Espiritu, (2 Cor 3:6) se nos ha indicado en términos muy claros a evitar todas estas cosas. Como Pablo dijo de la idolatría pagana, al presentar un aspecto importante del carácter del Todopoderoso cuando trata con humanos, “pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.” (Hechos 17:30)

 

Por supuesto, el adulterio ni el asesinato nunca fueron permitidos en la religion del Altisimo, y las acciones de David fueron criminales bajo cualquier circunstancia.

 

 

Sin embargo, descubrimos que David (por alguna razon) parecia haber estado inconciente del completo impacto de sus acciones. El ejemplo mas claro de esto surge de su reacción a la alegorica reprensión del profeta Natan, cuando el profeta le relato la historia del hombre impío que había robado de su prójimo, y cuyo relato termino con la conclusión, “Tú eres ese hombre. Así dice Yahweh, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las esposas de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, yo te habría añadido tales y tales cosas. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Yahweh, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por tu esposa a su esposa, y a él mataste con la espada de los hijos de Amón.” (2 Sam 12:7-9)

 

 

La reacción de David no fue una reacción de auto justificación; el no busco una excusa para cubrir sus acciones, sino que mas bien dijo, “He pecado contra Yahweh”. (verso 13) Durante el relato de la parábola de Natan esta escrito que, “David se había encendió en furor en gran manera contra aquel hombre” (verso 5) que fue descrito. Por lo tanto, es muy claro que el rey conocía los principios correctos, pero de alguna manera erro en aplicarlos a sus propias acciones.

 

Cuando a David se le mostro su pecado, el no se oculto; el no dijo “Oh, pero Yahweh es misericordioso.” Esa declaración o frase por si sola aunque sea verdad no remueve la necesidad del “arrepentimiento” (la cual se inicia con un rechazo mental de pecado cometido) ni tampoco remueve la necesidad de “abandonar tales acciones” de una manera visible y consistente.

 

Cuidadosos lectores de las Escrituras se darán cuenta que antes de este incidente David hizo muchas cosas que los Cristianos no harian. David mintió, pretendio ser un loco para evitar la muerte, y actuo como un agente o espia doble durante las guerras filisteas contra Israel, para nombrar unas cuantas. Sin embargo, despues del incidente con Betsabé David escribio el Salmo 51, en el cual revela haber experimentado un nuevo nivel de intimidad con Elojim del cual nunca se aparto desde ese momento. Sus actitudes, acciones y modo de vida fueron claramente diferentes, después de ese evento. Por lo tanto, tenemos que concluir que en ese momento (después del incidente con Betsabe) se efectuo un crecimiento muy significativo. David fue alabado por el Cielo aun antes de esto, pero el hecho de que David había sido capaz de cometer tan grandes males en su juventud revelaba que su corazón aun no era “perfecto” [no estaba convertido completamente] como los apostoles y cristianos posteriores consideraban este término.

 

Para concluir, aquellos que expresan objeciones como estas no están realmente contemplando a Cristo sino a los hombres. Ese es el verdadero asunto detrás de sus palabras; debemos recordar que aunque los hombres del pasado hayan pecado y errado, Yahshua el Mesias no hizo ninguna de estas dos cosas, y El derramo Su propio Espiritu, Su mismísima vida, sobre la humanidad de una manera que no había sido hecho antes.

 

Esto es extremadamente importante. Algo es significativamente diferente, como las Escrituras lo registran en Hechos 2 y en otros lugares. Mientras que antes, ciertos individuos fueron llenos del Espiritu Santo, aun hasta el punto de vencer la muerte misma (como Enoc y Elias) en estos últimos días, este Espiritu llena a cada creyente que decida creer por fe, y no a unos pocos seleccionados. 

 

Yahshua, y solo Yahshua, es nuestro Ejemplo, y las experiencias de Enoc y Elias fueron registradas con el objetivo de darle una reprensión directa a cualquiera que dijera, “No podemos hacerlo.” Aun antes de la crucificcion fue hecho, “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salvación tan grande? La cual, habiendo sido publicada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que le oyeron; testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros, y dones del Espíritu Santo según su voluntad.” (Heb 2:1-4)

 

 

A pesar de que David fue perdonado de su incidente con Betsabe aun asi tuvo que sobrellevar una larga vida de consecuencias. Aquellos que desean recurrir a la experiencia de David y de otros hombres como una excusa para justificar sus propios pecados y transgresiones, o que dicen que el Todopoderoso es “demasiado misericordioso” como para retribuir justicia a nuestros pecado, deben recordar la pregunta que se hace en las Escrituras, ¿De cuánto mayor castigo pensáis que será digno, el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? (Heb 10:29) 

Este pasaje no es una amenaza, ni siquiera es una advertencia a los santos, es una corrección a aquellos que recurren a las equivocaciones de otros hombres del pasado para promover un entendimiento imperfecto y erróneo sobre lo que Yahweh ha llamado a Su pueblo a desempeñar y ser gracias a la muerte de Su Hijo y el don de Su Espiritu.

 

 

En resumidas cuentas, lo que toda esta sección realmente declara es: Si sabemos que Yahweh desea que Su pueblo deje de pecar, y si nosotros lo deseamos también, pediremos y recibiremos; como esta escrito, “Y todo lo que pidieres en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mat 21:22) Pedir por la victoria sobre el pecado es la mejor cosa por que podemos pedir, porque nos dirige a una conversión genuina, y a la vida eterna con el Padre y el Hijo en el Reino. Es el don que Yahweh mas gozosamente otorgara sobre cualquiera que lo pida de El. El envio a Su único Hijo para morir para que nosotros pudiéramos tener este don – ¿Cómo alguien que profese conocerle puede decir que Yahweh ahora nos niega aquella misma cosa por la cual El se sacrifico tanto para proveerla?

 

 

La Victoria sobre el pecado no es una enseñanza dura ni condenatoria; es una invitación a entrar y vivir esa vida que Yahweh desea que Su pueblo viva. El no condena activamente a aquellos que rechazan este don; pero el tampoco puede salvar a aquellos que se auto-destruyen, estropeando sus caracteres al participar en transgresiones conocidas. El fuego de Genehha es simplemente una representación de la santidad del Todopoderoso, que no puede tolerar el pecado en Su universo por el bien de todas Sus creaturas. Si vemos las cosas en esta luz, llegamos a comprender que no es un miedo al castigo lo que motiva la vida libre de pecado del Cristiano, sino que mas bien es “la bondad de Dios lo que nos atrae a El y nos lleva al arrepentimiento.” (Rom 2:4) ¡Aleu-Yah!

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